¿Que es el amor?

El otro día reflexionaba…¿que es realmente el amor?

¿Acaso el amor es querer deslumbrar a tu pareja, ser un regalo en su vida?

Ser capaz de adivinar que desea para que realmente sienta que tú lo tienes en cuenta?

Colaborar en las tareas del día a día, que vea que eres alguien con quien se puede contar, que mereces la pena como pareja, ser ordenado, estar atento a las necesidades del otro.

¿Tener los mismos gustos? ¿Las mismas aficiones?¿ Los mismos defectos?

¿Que el otro te ayude y sea tu soporte en todo eso que no te sostienes por ti mismo y a la vez ser tú el sostén del otro?

La verdad es que ha llegado un punto en que el chiringuito  no se aguanta por ningún sitio.

No creo que el amor sea nada de todo eso, porque eso solamente es mi máscara para que tú me quieras y me cuides y así no tener que estar contactando con todo lo que no me gusta de mi, mi fragilidad, mi pequeñez, mi herida.

El sentimiento de orfandad, de soledad.

De no querer sostenernos por nuestros propios pies y esperar que aparezca otro que sea nuestra muleta.

Y el problema es que no nos damos cuenta de eso, construimos una realidad aparente y la llamamos amor, amor porque me siento bien contigo, amor porque hago cosas contigo que no era capaz de hacer solo, amor porque el reflejo que obtengo de ti es mucho más bello que el que obtenía en completa soledad.

Y decimos te quiero, te amo…cuando detrás hay camuflado un te necesito, no puedo estar sin ti. Y buscamos locamente una pareja para acallar esa voz, ese vacío, ese sentimiento de desprotección, pensando que ese otro será capaz de curar esa herida, cuando el otro ya viene con su herida de fábrica, esperando que seas tú el que se la cure.

Y entonces ¿que pasa?

Pasa lo que pasa, que de repente no se sabe como, se viene abajo una relación que aparentemente iba tan bien…y el otro decide cortar, o bien aparece una tercera persona, o sea lo que sea. El caso es que no podemos sostener más nuestra mentira y en vez de enfrentarnos a nuestra pareja con completa honestidad y responsabilidad, nos volvemos el juez que castiga y juzga, acribillando al otro de no entendernos, de no cuidarnos, de no valorarnos.

Hemos perdido el norte, el centro. Y es eso, lo único que necesitábamos para que esa relación funcionara. Construir el soporte desde el centro de nuestro corazón, valorarnos a nosotros mismos, sanarnos nuestras propias heridas. Y sí, a la vez, construir camino con tu compañero, tu amor, si quieres llamarlo así, pero solo desde mi propio apoyo, desde mis 2 pies sobre la tierra, y desde el respeto y el cariño de mí mismo hacia mi persona y hacía la tuya. Porque ni yo soy superwoman ni tú eres superman y en esta vida hemos venido a aprender de verdad.

Ana CalderónAna Calderón  Artista, Psicoterapeuta Gestalt y formada en Astrología Psicológica.

Combina sus conocimientos en terapia, arteterapia y astrología psicológica en pos del crecimiento personal y el desarrollo del potencial que aguarda en el interior de las personas.

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